Leonardo Jardim y Falcao García.
Leonardo Jardim y Falcao García.
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Leonardo Jardim volvería al mando del Mónaco, tras la salida de Henry

En la lucha por evitar el descenso del conjunto del principado.

El Mónaco es una montaña rusa, no solo porque su propietario tiene esa nacionalidad, también porque ha entrado en una carrera para huir del descenso que se ha llevado por delante a su entrenador, Thierry Henry, para volver a los orígenes de la mano del portugués Leonardo Jardim.

Apenas unos minutos después de que se conociera la destitución de Henry, tres meses después de sustituir en el banquillo a Jardim, el luso vuelve a aparecer como el hombre en quien confía el propietario del club, el ruso Dimitri Rybolovlev.

Asomarse al precipicio provoca estos errores. El club prescindió del técnico que le había llevado al título en 2017 porque los resultados eran malos y confió en un debutante, Henry, que no ha logrado que el equipo remonte el vuelo.

Henry se va con un balance muy mediocre: cuatro victorias, cinco empates y once derrotas, lo que mantiene al equipo penúltimo de la tabla, a tres puntos de la salvación.

Su destitución, inesperada, no sorprende vistos los resultados. Más extrañeza produce que el club vuelva a confiar en el entrenador que había despedido en octubre pasado.

Según la prensa francesa, Jardim cenó anoche en Mónaco con el hombre fuerte del club, el vicepresidente Vadim Vasilyev, y con su representante, el todopoderoso Jorge Mendes.

El técnico portugués no dejó de vivir en el Principado tras su destitución y su sombra no dejó de planear sobre el club, sobre todo cuando rechazó multimillonarias ofertas procedentes de Catar, Arabia Saudí o China.

En una reciente entrevista con el diario L'Équipe mostraba su intención de volver a dirigir a un gran club europeo y se mostraba convencido de que algún día regresaría al Mónaco.

Pero seguro que ni él mismo pensaba que sería tan pronto, si finalmente se confirma que, en los próximos días, volverá a tomar los mandos del equipo.

La contratación de Henry no ha logrado el efecto esperado. El excampeón del mundo no ha conseguido motivar a la plantilla y el equipo ha dejado en los campos una imagen lamentable.

Los ridículos se han acumulado y Henry no se ha privado de criticar a sus jugadores ante la prensa, lo que acabó por distanciar al vestuario del entrenador, una brecha que se fue agrandando derrota tras derrota.

La sangría era enorme y el club ha pensado que la única forma de coser el vínculo era volver a los orígenes.

Jardim pedirá, según los medios franceses, contar con los adjuntos que fueron despedidos con él, lo que supondrá la salida de los que se trajo Henry tras su fichaje.

Algo similar ocurrirá con los jugadores. El Mónaco es el equipo francés más activo en el mercado invernal de fichajes, con el fin de que Henry pudiera contar con jugadores que tradujeran en el campo su idea de fútbol.

El más emblemático de ellos es Cesc Fábregas, que no ocultó durante su presentación que el principal aliciente para fichar por el Mónaco era que se encontraría allí con su amigo y excompañero Henry.

El español queda ahora en una postura difícil, obligado a adaptarse al esquema de Jardim, que no aparece que sea el mismo que viene utilizando Henry.

El técnico portugués no ha dejado de contar con el apoyo de Vasilyev, que cuando anunció su destitución lo hizo casi con lágrimas en los ojos.

Sin embargo, había perdido el apoyo del director deportivo, Michael Emenalo, cuyo futuro en la entidad también aparece ahora comprometido.

EFE
 

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