Víctor Cantillo celebrando el gol con Luis Narváez quien se encuentra en la banca.
Víctor Cantillo celebrando el gol con Luis Narváez quien se encuentra en la banca.
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El 'bicampeón' de Colombia no pasó del empate con el último del descenso: 1-1

Junior desperdició una enorme posibilidad de ganar, ante el Atlético Huila.

A pesar de sus abultadas charreteras, el bicampeón de Colombia, Junior, sigue sin demostrar los motivos que lo llevaron a coronarse en doble oportunidad al mostrar un pésimo juego la noche de este domingo ante el Atlético Huila, último de la tabla del descenso, y sellar un 1-1 que no dejó nada para destacar.

La apuesta de Julio Comesaña era quedarse solo con la Liga Águila, para ir con todo para meterse a la final. Incluso entrenó a puerta cerrada durante la semana para ensayar en intimidad los grandes planteamientos con los cuales iba a machacar a la defensa del Huila, el equipo que hasta antes de la fecha completaba 9 juegos sin ganar. 

Los rojiblancos tenían que solventar su propia mala situación, pues luego de 10 fechas todavía no había jugado un partido decente en la Liga y todavía no estaba metido entre los ocho. Una victoria los metía de una vez en la tabla y con buenas perspectivas para las siguientes fechas. 

A los 14 minutos de partido, Junior intentaría darle rápidamente desarrollo a la historia, cuando Sebastián Viera sacó una pelota larga a la punta derecha donde Daniel Moreno peleó la esférica dejándola a Freddy Hinestroza quien la controló y la dejó mansa para que Víctor Cantillo llegase de frente y reventase las redes con un derechazo al ángulo. 

Junior mostraba muchos argumentos iniciando el partido. Sin embargo, tras el gol, el equipo se replegó y regaló la pelota a su rival. Atlético Huila aprovechó el detalle y comenzó a adelantar sus líneas, en vista que los barranquilleros pasaban momentos de dudas. 

Sin embargo, los opitas tampoco es que tuvieran mucho que brindar al espectáculo. Las pocas aproximaciones fueron un par de centros cruzados al segundo palo que no alcanzaron a ser rematados por Andrés Amaya, quien pese a su valentía para ir a disputar la bola, la altura no lo ayudó. 

De allí en más, poco o nada generó el conjunto de la visita. Salvo un disparo de media distancia nuevamente de Cantillo, que se fue desviado, a los 20 minutos y un tiro desviado de Rafael Pérez tras un tiro libre a los 24, los curramberos se fueron al descanso. 

En medio de tanta pobreza de fútbol, las dudas de porque el chileno Matías Fernández no fue tenido en cuenta ni para el banco y en cambio fue dejado en la tribuna para un partido donde podría haber sido útil. 

Pero la segunda mitad empezó igual que terminó la primera, pues Junior salió timorato y se dejó llevar por delante por los opitas que jugaban con las uñas. Era evidente que no tenía muchas luces para jugar, más allá del enorme mérito del amor propio para salir de su mala situación. 

Ese amor propio que no se vio al equipo de la visita por ningún lado. Es más, la actitud del complemento fue casi indolente, pues al pasar de los minutos los rojiblancos menos hacían por el partido y desde el banco el entrenador encargado, Luis Grau, no movió sus fichas, tal vez por indicación de Julio Comesaña desde la distancia. 

Los barranquilleros apenas y patearon directamente al arco una sola vez en todo el segundo tiempo. A los 71 minutos James Sánchez la mandó por fuera, tras jugada colectiva donde se vio una reminiscencia de lo que era el fútbol de semestres pasados.  

La puñalada definitiva llegó a los 78 minutos con el gol de los de casa, cuando en una acrobática definición de Andrés Anaya  se empató 1-1, tras una jugada donde los defensas junioristas se quedaron congelados viendo jugar al rival. La única realmente de riesgo para los de casa y terminó en gol. 

En la jugada Sebastián Viera rompió la malla del arco con un pelotazo de rabia tras el gol. Los minutos que se tomó el encargado en arreglar las redes los utilizaron para hacer los cambios, haciendo uso de los conocidos ‘manotazos de ahogados’. La inclusiones de Luis Sandoval y Luis González, más la obligada salida por lesión de Rafael Pérez por César Hayder, no lograron ningún cambio significativo en el desarrollo del compromiso. 

Con el empate final, Junior decepcionó profundamente. No puede ser que un equipo que se jacta de dos títulos consecutivos apueste por la eliminación en un torneo para dedicarse a la liga y en esta apenas y le alcance para empatar con el colero y máximo candidato al descenso. 

Ya van once fechas y Junior no juega a nada. No le gana a los rivales fáciles y mucho menos a los dures. Los refuerzos no dan la talla y la base de jugadores luce cansada y sin fuerza para rematar los partidos. Nuevamente, las fechas van pasando y el equipo no está jugando ni ganando.

Y sigue fuera de los ocho, siendo 9 con 15 puntos ¿Eso es lo que debe rendir el bicampeón de Colombia?

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