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EFE/Archivo

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Adoquines, Alpe d'Huez y crono final en el País Vasco francés en el Tour 2018

Se filtran detalles de la competencia en la que Chris Froome puede hacer historia con un pentacampeonato.

El Tour de Francia de 2018, cuyo recorrido será anunciado mañana, comenzará en la costa atlántica francesa, tomará prestados tramos de adoquines de la Roubaix, afrontará un original ascenso al Alpe d'Huez y tendrá una definitiva contrarreloj en el País Vasco francés la víspera del final.

Aunque los organizadores guardan en secreto los detalles del perfil del año próximo hasta la tradicional ceremonia de mañana, las habituales filtraciones permiten imaginar parte del recorrido.

En las primeras filas del parisiense Palacio de Congresos estará el británico Chris Froome, defensor del título y que durante la edición de 2018 aspira a entrar en el restringido grupo de los "pentacampeones", donde le aguardan los franceses Jacques Anquetil y Bernard Hinault, el belga Eddy Merckx y el español Miguel Indurain.

También acudirá, para estrenar su recién comenzado retiro, el español Alberto Contador, ganador de las ediciones de 2007 y 2009, que nunca ha ocultado su amor por la ronda gala.

Por vez primera estará también el colombiano Nairo Quintana, dos veces podium en el Tour y que afrontará un nuevo asalto a una carrera que arrancará el 7 de julio desde la isla de Noirmontier, en la costa atlántica, un inicio retrasado una semana para coincidir menos días con el Mundial de fútbol de Rusia.

Esa circunstancia privará al Tour de tomar el paso del Gois, como en 2011, puesto que esta original carretera, que queda por temporadas sumergida por la marea, ya no será transitable en esa época del año.

Dos días después del inicio, los ciclistas afrontarán una contrarreloj por equipos en Cholet, con 35 kilómetros y un recorrido muy similar al de 2008 en la misma ciudad, con carreteras anchas pero numerosas cotas, una de ellas con un desnivel del 8 % a 8 kilómetros de la meta.

El Tour se asentará unos días más en Bretaña, con un ascenso previsto al ya célebre Muro de Bretaña, ascendido en 2011 y 2015, un primer contacto con la montaña durante la primera semana de competición.

No está claro si en esta etapa bretona la carrera tomará algunos caminos no asfaltados, una de las opciones que ha estudiado la organización.

Lo que sí parece seguro es que los adoquines volverán al menú del Tour, en su viaje hacia el este, con tramos de la París-Roubaix, en particular el famoso "carrefour del árbol", uno de los más temidos por los adeptos del "infierno del norte".

Una primera jornada de descanso el 16 de julio servirá también para llevar la caravana hasta las faldas alpinas, donde están previstas tres etapas, una de ellas con final en la inédita estación de La Rosière-Montvalezan.

Pero el plato fuerte estará en el Alpe d'Huez, aunque es posible que no se asciendan sus míticas 21 curvas, sino que se tome otra carretera diferente.

El traspaso por el macizo central, con etapas ya conocidas como una con meta en el aeródromo de Mende, llevará a la segunda etapa de descanso, el 23 de julio en Carcasona.

Será la antesala de la tercera semana, centrada en los Pirineos, con cuatro etapas, finales en puertos míticos, como Luz Ardiden o el inédito Artouste.

La traca final tendrá lugar el 28 de julio, la víspera del paseo triunfal del ganador por los Campos Elíseos, y será en forma de contrarreloj individual de una treintena de kilómetros por las carreteras del País Vasco francés, con final posible en Espelette, localidad conocida por sus pimientos.

Al día siguiente el Tour vivirá el tradicional paseo por los Campos Elíseos y develará si Froome entra en la leyenda de los pentacampeones o alguno de sus rivales logra acabar con la hegemonía del británico.

EFE

 

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