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"Amor": Óscar a Mejor película extranjera‎

Compitió con la chilena "No";  la danesa "Un asunto real"; la noruega "Kon-Tiki" y  la canadiense "War Witch".

Compitió con la chilena "No";  la danesa "Un asunto real"; la noruega "Kon-Tiki" y  la canadiense "War Witch".

 

"Amor", del austríaco Michael Haneke,  emotiva historia sobre una pareja de octogenarios,  se llevó el Óscar a Mejor película extranjera este domingo en la mayor gala del cine en Hollywood.

"Amor" venció a la chilena "No" (de Pablo Larraín y protagonizada por el mexicano Gael García Bernal); a la danesa "Un asunto real"; a la noruega "Kon-Tiki" y a la canadiense "War Witch".

Al recibir el premio, Haneke agradeció a los técnicos, productores y actores del filme, pero en particular a su esposa: "Ella es un miembro del equipo, me ha apoyado durante 30 años. Eres el centro de mi vida".

Exigente, como lo son las películas de Haneke, "Amor" consiguió ganarse el corazón de un público más amplio que el de "La cinta blanca", otra de las elogiadas cintas del austríaco, que también ganó el máximo premio en Cannes pero se fue con las manos vacías en los Oscar en 2010, a pesar de tener dos nominaciones.

"'Amor' llega a la gente porque puede pasar en todas las familias. Si uno es muy joven puede haberle pasado a sus abuelos, si es menos joven, a sus padres, y si es todavía menos joven, a sí mismo", explicó Haneke en una rueda de prensa en Madrid la semana pasada.

La vida trascurre apacible para Georges y Anne, una pareja parisina de clase acomodada, cuando la enfermedad golpea a la anciana y de forma progresiva pero inexorable la domina.

Haneke filma esta caída en la senilidad con una precisión y un realismo digno del cine documental. Los espectadores presencian un intimismo sobrecogedor filmado en un apartamento, cuyas escenas se encadenan sin momentos de transición o de respiro. Tampoco emplea música.

El resultado es una película brutalmente humana y honesta, no tanto sobre la enfermedad sino sobre la fuerza de una relación amorosa, que ayuda a dos individuos en momentos difíciles, pero también los destruye.

El éxito de esta cinta de dos horas se debe en buena parte a la interpretación fuera de lo común de sus dos protagonistas, los franceses Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva, que con sus gestos y diálogos sencillos logran transmitir emociones, pena, sufrimiento y dignidad.

Conocida en el cine sobre todo por su interpretación en "Hiroshima mon amour" (de Alain Resnais, 1959), Riva se convirtió en la finalista más anciana en la historia de los Oscar en ser nominada en la categoría de Mejor actriz. Cumple 86 años el mismo 24 de febrero, día de la entrega de los premios Óscar.

Haneke, de 70 años y una de las grandes figuras del cine europeo, no hace mucho que despierta la atención de la Academia que otorga los Oscar, por películas reconocidas internacionalmente como "La pianista" o "Caché" y seis participaciones en el Festival de Cannes.

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